Otra cosa importante que debemos tener en cuenta es que no todos los líquidos de frenos son iguales, por lo tanto en cada vehículo debemos usar el recomendado por el fabricante.
Por ejemplo, 3 de cada 10 coches circulan con un líquido de frenos en mal estado o con un líquido que no es el correcto, usar un líquido de frenos equivocado, caducado o sucio puede provocar graves daños en el sistema, por lo que se recomienda extraer todo el líquido, limpiar el sistema y volver a rellenarlo con el líquido correcto.
Los tipos de líquidos que existen son los siguientes:
DOT 3: Se usa en frenos convencionales. Tiene un punto de ebullición seco de 205ºC, húmedo de 140ºC y su viscosidad es de 1500cSt (unidades de viscosidad). Es el más común y económico.
DOT 4: Es un líquido empleado tanto en frenos convencionales como en ABS. Tiene un punto de ebullición seco de 230ºC, húmedo de 155ºC y su viscosidad es de 1800cSt. Es similar al DOT 3 aunque ofrece mejores prestaciones y una mayor durabilidad.
DOT 5: Se utiliza específicamente en coches cuyo líquido de frenos tenga una base sintética en vez de mineral. Por tanto, no se puede mezclar con los DOT 3 y DOT 4 que sí tienen base mineral. Su punto de ebullición es de 260ºC.
DOT 5.1: Es un líquido con un punto de ebullición seco de 270ºC, húmedo de 180ºC y tiene una viscosidad de 900cSt. Al contrario de lo que se pueda pensar, no es una evolución del DOT 5, de hecho tiene base mineral. Su principal ventaja es que tiene mayor poder higroscópico que los DOT 3 y DOT 4, es decir, tiene más capacidad para absorber humedad.
Cuidar esta parte de tu coche o moto es fundamental para no jugar con tu seguridad.